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jueves, 27 de enero de 2011

EL FUTBOL EN EL PACIFICO






6 de Febrero del 2010
Estimados lectores/seguidores/viajeros,

Esta semana tuve el agrado de presenciar un evento que nunca había tenido la oportunidad de asistir. Un evento que representa una mezcla de sensaciones: euforia, pasión y adrenalina. Presenciar una final de football local te permite entender y comparar sociedades. No quería dejar de compartir con ustedes una nota que seguro los dejara pensando y reflexionando acerca del porque nuestra sociedad se comporta como se comporta. Aquí va la final del torneo australiano de soccer, SYDNEY VS MELBOURNE. A relajarse y disfrutar!

EL CONTEXTO
Llegamos a la final del torneo australiano. Los finalistas son los eternos rivales: SYDNEY FC VS MELBOURNE VICTORY. Hablando un poco del Sydney FC, podemos decir que compite en la liga A- premier, habiendo obtenido 2 campeonatos. Su estadio tiene capacidad para 45.500 personas y se lo conoce como el “equipo glamoroso” por la cantidad de jugadores europeos que tiene alistado.

Melbourne Victory es considerado el club más exitoso de la liga australiana habiendo ganado 4 campeonatos. El club fue fundado en el 2003 y su hinchada era de 14,000 personas en ese entonces.

LA PREVIA
Quede en encontrarme con unos amigos en un bar a pocas cuadras de la cancha. Llegue a la una de la tarde y tomamos hasta la 4, el partido era a las 5. La primera curiosidad fue el ticket o entrada. Era lo más parecido a ticketek, con butaca y código de barra.

En Argentina, me imagino que en toda Latinoamérica, con suerte se puede leer el día del partido, o sea, se si largase a llover se borrarían los números y de fondo aparecería una entrada al ITALPARK de los años 80.

LA ENTRADA
Nos quedamos tomando un buen rato. Los hinchas vestían camisetas, bufandas, sombreros. La entrada fue lo más pacífica del mundo. Los simpatizantes de Sydney se mezclaban con los de Melbourne y viceversa. Todos unidos, como una hermandad, aparecían insultos de un lado al otro “no me gusta Sydney” “y a mi menos Melbourne”. La idea de “entrada a un estadio” que rondaba mi cabeza era lo más parecido a una guerra civil. Un muro de Berlín separa a los hinchas. Es imposible cruzarse, mirarse o tocarse.

Recuerdo mi entrada al último River - Boca como guía de 50 turistas. En la puerta nos mataban a escupitajos, había que llevar un paraguas. Entrar a una cancha es como entrar en alcatraz, tenes 100 cacheos y si tenes suerte, no hay ninguna pelea
El “cacheo” en Sydney fue la mejor parte. En la puerta me reviso un viejo que me pregunto: “ Buenas tardes, tuviste un buen día hoy? Parecía un abuelito que cuidaba a sus nietos con oreos y un perro labrador.

En los estadios argentinos, por lo general uno tiene que lidiar con mil personas que te ofrecen entradas de reventa donde uno tiene que adivinar si es falsa o verdadera.
Recuerdo mi entrada al último River - Boca como guía de 50 turistas. En la entrada nos mataban a escupitajos, había que llevar un paraguas. Entrar a una cancha es como entrar en alcatraz, tenes 100 cacheos y si tenes suerte, no hay ninguna pelea.

EL MARCO
Unas 25 mil personas en un estadio de 43500. Las entradas costaban 20 dólares lo cual es un regalo teniendo en cuenta que hablamos del partido más importante de Australia. Nos sentamos en lo que vendría ser la “popular”. Unas mil personas saltando y moviendo las bufandas con una cerveza en la mano. La gente entra pacíficamente y nadie te tiene que acomodar, vos vas, te sentas en el lugar y ya. Cada uno con lo suyo. Podes irte a tu casa, volver y exigir al que se sentó en tu lugar que tu lugar, es tu lugar.
La fans alientan, tararean, la pasan bien. En todo el partido escuche un solo tipo gritar “FUCK OFF MELBOURNE”. Una de mis amigas al escucharlo dijo “ he is sooo meannnnnn”.

Si continuamos comparando el marco futbolístico con mi querida Buenos Aires, recuerdo el caso cuando que lleve a una novia australiana a la cancha de River Plate. Lo primero que escuche antes de empezar el partido fue a un viejo que se levantó y grito al referí de ese entonces: “LAVERNI OJALA QUE TE MUERAS DE CANCER, HIJO DE REMIL PUTA”. Creo que si hago el esfuerzo no me puede salir algo tan despreciable como ese comentario.

La popular en Argentina muestra una realidad diferente. Por empezar el término “butaca” hay que reemplazarlo por “alambre”. Vuelan insultos desde: “te voy a matar a vos y a la policía”. La verdad que la violencia es gigante, lamentablemente no hay un punto de comparación con los países del primer mundo, solo me remito a describir lo que observo.

Otro punto de comparación es el tema de los insultos a los jugadores. Jamás escuche un insulto de agresión a un jugador de SYDNEY. Mucho menos un insulto a un técnico. Si se pierde, se pierde y ya. No son los mejores cuando ganan ni los peores cuando pierden.

En Argentina en cambio, el técnico equivale a un presidente. Está en la mira de todos, en la mira literal. Es el blanco más fácil. Cuando se gana sos el Dios pero cuando se pierde hay que empezar a correr. Lo mismo pasa con los jugadores, el extremado nivel de exitismo con el que nos manejamos es preocupante.

EL FINAL
Sydney gano 2 a 0. El partido fue muy aburrido la verdad, no hubo magia, jugadas colectivas, ni grandes atajadas. Sydney salió campeón sin invasión de cancha. Pisar el pasto o lanzarse sobre la cancha es sinónimo de embargar una casa. La organización es muy estricta con las multas. El partido termino con una pequeña vuelta olímpica y lo simpatizantes se retiraron pacíficamente. PUNTO FINAL.

En Argentina se invade el estadio a 10 minutos de finalizar el partido. Recuerdo el día en que le robaron la MEDALLA a un jugador de River. Te roban los calzones, la camiseta, el pasto. Al salir, hay que esperar 15 minutos para que no se crucen en la esquina y se maten a palos cuan guerra civil. Recuerdo mis días en River allá por el 2004 cuando se fueron todos al hall de River y la policía nos tiro con gasssssssssssssss!!1.

En Sydney las conversaciones pospartido tiene un toque particular: “ como estuvo el partido del otro día?... “fue muy peleado pero se dio un gran encuentro, se ganó bien.”

En Buenos Aires, las charlas de café son un poquito diferentes: “ che, corriste contra Rosario Central o fue contra Vélez?”… “No, contra Vélez nos persiguieron con caballos y contra Rosario nos tuvimos que tirar del puente”

Si bien estas comparaciones solo tratan de mostrar diferencias culturales, no puedo dejar de admitir que me encanta ir a la cancha en mi país. Más allá de todo lo negativo, el marco es inigualable. No por nada los turistas pagan 500 dólares por una entrada. El color, la gente que canta y la pasión no se pueden cambiar, pero si compararlas. Cada persona es un mundo y está en cada uno está la decisión de lo que prefiere y elige. Lo que si está claro, es que el primer mundo es lo que es por la organización y la sociedad civilizada que tienen y de eso tenemos mucho que aprender.

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