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jueves, 1 de enero de 2009

Sigamos conociendo Siberia



Al día siguiente me levanté y me fui a conocer el lago Baikal. Como siempre, usé la filosofía rata y tomé el tram y luego un bus. Cuando llegué a la parada tuve que preguntar por el bus que me lleva al lago. El problema fue justamente ese: preguntar. Intenté unas cinco veces sin resultado. “Niet”, era la respuesta mas conocida. Tuve la suerte de encontrar un estudiante que justo estaba esperando el colectivo. Me hice entender que quería llegar al bus que me lleva al lago, pero el obviamente me hablaba en ruso lo cual fue muy difícil. Por suerte se dio cuenta de mis limitaciones y me llevo una par de cuadras hasta la terminal y lo pude tomar.



Tardé 40 minutos para llegar al lago. Debo decirles que el escenario fue uno de los más espectaculares que haya visto. Me quedé unos dos horas contemplando el lago. El pueblo era muy pequeño apenas unas tiendas de comida y una que otra feria. El frío era muy notorio. Llegó la noche.



En lo de Olga, mi nueva amiga, me esperaban su familia para agasajarme con una comida. Llegué obviamente tarde y lo más loco de todo fue que pude hacer todo el trayecto sin problemas, sino fuera porque me olvidé del código de la puerta, lo cual fue una mierda ya que esperé casi una hora muerto de frío en la calle.



Esa noche nos fuimos a comer a lo de un amigo de Olga, el cual también hablaba español, pero no tan bien como ella. Estábamos Olga, su novio, su amigo y yo. Ah, y la abuela del amigo. Me agasajaron con gran banquete: pescado, papas, chocolates, fue un desfile de comida y yo, el agasajado. Lo bizarro de todo fue que hablé como una hora en español, imagínense, en Siberia hablando español, loquísimo.


Llegó una nueva mañana en Siberia. Me levanté y me fui a recorrer la ciudad de Irkútsk Irkútsk es una de las ciudades más importantes de Siberia siendo un importante centro comercial, base militar y sede de una diócesis de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Se conecta con Moscú por una red ferroviaria de 5.185 km.


La ciudad debo decir que me gusto mucho, nosé si fue porque era la primera ciudad de Rusia que visitaba pero la encontré muy interesante, cubierta por un desfile de monumentos de astronautas, filósofos, escritores, personajes como Lenin, etc. Olvídense de encontrar rascacielos, ambiciosos edificios. Algunas construcciones europeas, otras soviéticas. Edificios maltratados, rectangulares, autos antiguos, parques, corredores, puentes, ríos. Otro dato interesante fueron las mujeres. Debo decir que nunca vi algo así y sobre todo en la cantidad en que se presentaban.


Te subís a un bus y tenés 20 mujeres y 3 hombres. La diferencia en cantidades es muy grande. Obviamente que las guerras influyeron mucho ya que, según tengo entendido, en la segunda guerra murieron 20 millones de hombres.


La moda en Rusia es muy particular. Ellos argumentan que debido al frío, deben utilizar todos los recursos que tengan para abrigarse, argumento válido si hablamos de las eras prehistóricas. En fin, la cuestión es que las mujeres se visten como si fueran a un desfile todos los días. Sombreros de animales, pieles, bufandas, prácticamente se montan cual bicho encuentran en el bosque.

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